6 dic 2006

El Objetivo

"Ser queer no significa combatir por un derecho a la intimidad, sino por la libertad pública de ser quién eres, cada día, en contra de la opresión: la homofobia, el racismo, la misoginia, la intolerancia de los hipócritas religiosos y de nuestro propio odio (pues nos han enseñado cuidadosamente a odiarnos). Y ahora, también significa luchar contra un virus y contra los antihomosexuales que usan al SIDA para barrernos de la faz de la tierra."


Rafael Mérida, 2002.

21 nov 2006

Respeto Vs Tolerancia

Es común que estos dos términos se utilicen indistintamente al hablar, Sin embargo creo que existe una gran diferencia y que es propio que la tengamos clara para no fomentar desigualdades subrepticias.
Hablamos de "respeto" cuando nos referimos a las religiones que no compartimos, "respetamos" a aquel que no concuerda con alguna ideología política o de otra índole, o intentamos "respetar" costumbres y hábitos divergentes.
A los homosexuales se los "tolera"...
Se tolera algo que rechazamos con gran fuerza o bien algo que no consideramos válido pero sabemos que debe existir, es decir, toleramos porque es lo políticamente adecuado.

La tolerancia implica, como es obvio, un sujeto "tolerante" y otro "tolerado", y en la relación existente entre ambos no hay una igualdad de rango. El tolerante supone estar en una posición superior al tolerado. “no concuerdo contigo”, “no me gusta tu postura”,” me repugna saber que te acuestas con hombres”, pero no te preocupes. “te tolero”
No necesitamos ser “tolerados”, simplemente “respetados”. Al hablar con este último concepto nos igualamos al otro agente, no existe una relación de jerarquía ni tutela, nos posesionamos a un mismo nivel y debatimos “de tú a tú”.

Sabemos que el lenguaje crea realidad. Como hablamos, es como relacionamos ideas y construimos nuestro entorno. Si estamos conciente de esto, comencemos por situarnos donde merecemos estar.
Basta de pedir ser “tolerados”. Toleremos el olor nauseabundo del vómito de un ser querido, toleremos el postre rancio inventado por la tía soltera, pero no supliquemos algo que, de por sí nos denosta y va en contra de nuestra dignidad.


¿Mereces que te toleren?





16 nov 2006

¿SABÍA USTED?


La homosexualidad no es considerada hoy dentro de las patologías sexuales, y desde el año 1973 empezó a ser eliminada de las listas y catálogos de trastornos psicológicos y enfermedades psiquiátricas.


¿Sabía también, que su vecino se mete por la raja esta información y lo seguirá llamando "enfermo"?


15 nov 2006

Stand Up



Nah que decir poh.... hay que ir no más.

14 nov 2006

¿IDENTIDAD QUÉ?




De un tiempo a esta parte me ha dado vuelta el tema de la “identidad gay”. Debo reconocer que en un comienzo fui bastante crítico frente a lo que Villouta planteaba sobre este mismo punto. Yo pensaba lo siguiente:

a) Es totalmente común, el que un hombre se sienta atraído sexual y emocionalmente por otro hombre, o bien, una mujer se sienta atraída de esa misma forma por otra mujer (me doy la lata de reiterar la frase pero cambiando los géneros, en consideración a la lucha feminista que tan lejana no nos debiese parecer).

b) Si el tema es tan común y frecuente, para que dedicar tiempo entonces a tratar de normalizar algo que de por sí ya lo era.

c) Me parecía absurdo dedicar espacios “especiales” para hablar, desenvolverse o bosquejar una cultura gay. Es decir, como podríamos ser tan básicos para identificar a una persona perteneciente a una cultura distinta sólo en consideración al género que tiene su acompañante de cama.

Pero bien, el básico al parecer era yo. Es evidente que la generalidad no lo ve de la misma manera. El hecho de ser homosexual en chile comprende situaciones que sobrepasan los limites de las sábanas, me refiero especialmente al desmedro que experimenta el “maricón” frente a al ciudadano “común”. Desde el discurso homofóbico disfrazado de progresista: “yo los acepto pero que no se me acerquen”, hasta ser blanco de esta desigualdad a nivel de régimen jurídico que regula a unos y otros.


El matrimonio es definido por el código civil como “un contrato solemne por el cual un hombre y una mujer se unen actual e indisolublemente, y por toda la vida, con el fin de vivir juntos, de procrear y de auxiliarse mutuamente”. Ojo con lo de “indisoluble”, porque la nueva ley de matrimonio contempla el divorcio. Sin embargo, se decidió no cambiar esta definición clásica. Todo ello consecuencia de la intervención de la grandiosa Iglesia Católica. Así es, se mantuvo el “indisoluble”, a pesar de la irrelevancia en cuanto a su aplicación.
Uups!! ¿Creías en el cuento de la separación Estado-Iglesia?

En definitiva, si soy gay no me puedo casar, pues jamás lo haría con una mujer. (No al menos para lograr los objetivos legales y religiosos que persigue la unión), no puedo caminar de la mano con un mino por la calle, no puedo tener la tuición de mis hijas (recordar caso Atala), no puedo heredar por el solo ministerio de la ley a mi “conviviente” y frente a ello, debo callar.

No pretendo hacer un llamado a levantar banderas coloridas y marchar. Puede que eso ayude en gran medida pero prefiero enfocarme a naturalizar aquello que siempre vi como corriente y que la sociedad se encarga a diario de mostrarme que no lo es.
Crear una identidad gay será útil y tendrá sentido mientras existan grupos políticos que expresa o tácitamente denosté la condición homosexual y se refieran a ella, sólo para aludir a estilistas o personajes caricaturescos.

En EE.UU, Stetson Kennedy acuño la expresión “el poder del ceño”, uno de los ejes de la campaña de la “Liga Antidifamación” para luchar contra la intolerancia que atacaba principalmente a los negros.
¿En que consistía?
Simplemente se debía fruncir el ceño cuando se escuchase un discurso intolerante. De esa forma el idiota que se mandó el comentario, sentirá el rechazo frente a sus dichos y a la hora de emitir el siguiente, pensará bien como formularlo.

Mientras existan personas dispuestas a fruncir, habrá otros obligados a modificar. Si es generalizado el desapruebo mediante este gesto, ayudaría en cierta medida a iniciar un despertar de la sociedad.
La simple contracción de un músculo facial implicaría un paso. El siguiente obviamente será más drástico. De ti depende el éxito de ambos.