"Ser queer no significa combatir por un derecho a la intimidad, sino por la libertad pública de ser quién eres, cada día, en contra de la opresión: la homofobia, el racismo, la misoginia, la intolerancia de los hipócritas religiosos y de nuestro propio odio (pues nos han enseñado cuidadosamente a odiarnos). Y ahora, también significa luchar contra un virus y contra los antihomosexuales que usan al SIDA para barrernos de la faz de la tierra."
Rafael Mérida, 2002.